Publicado el 02/03/2020

Expertos de la Universidad de Cádiz, el Centro Tecnológico de Acuicultura CTAQUA y la Plataforma Tecnológica de la Pesca y la Agricultura (PTEPA) han impulsado NOVELFISH, un nuevo proyecto que busca poner en valor las capturas no deseadas de la pesca en España con el fin de revalorizarlas y convertirlas en producto de alto valor añadido.

Ante la necesidad de adaptar la actividad pesquera a la nueva Política Pesquera Común (PPC) europea para alcanzar una pesca más sostenible, surge la iniciativa NOVELFISH para el «desarrollo de productos de alto valor añadido a partir de especies pesqueras de bajo valor comercial». Actualmente, este trabajo se está llevando a cabo para detectar las zonas donde se producen más capturas no deseadas, con qué tipo de arte de pesca se producen más capturas, el tipo de especies que son capturadas de forma más frecuente y cómo las estaciones inciden en estos parámetros.

Una vez se detecta capturas de pesca no deseadas, «se fomenta el desembarco de estas especies y su posterior comercialización con un valor más elevado al que cuentan hoy en día. NOVELFISH  fomentará la sostenibilidad del sector pesquero desde dos ámbitos: el económico, al suponer una fuente de ingresos superior a la actual, y el medioambiental, al evitar que se desperdicien toneladas de pescado que hasta ahora no tenían ningún valor comercial», asegura Ana María Roldán, investigadora de la Universidad de Cádiz.

El valor añadido a las capturas no deseadas se materializará en nuevos formatos de productos alimenticios ricos y nutritivos como salsas o patés con buena disponibilidad y calidad sensorial, dado que el objetivo es aportar innovación con potencial para entrar en el mercado.

Sobre el proceso de elaboración, los investigadores de NOVELFISH coinciden en que no es muy complicado, ya que se han llevado a cabo a escala de laboratorio a partir de equipamientos y tecnologías sencillas, que se pueden proyectar y adaptar a diferentes escalas de producción, según las necesidades de cada empresa. De esta manera toda la cadena de valor sale beneficiada. Los pescadores, porque obtienen una mejora en sus rentas gracias a la valorización de productos hasta ahora considerados de escaso valor comercial; las empresas transformadoras, al tener nueva materia prima con la que trabajar y sacar nuevos formatos al mercado; y los consumidores, porque además de tener nuevas opciones para dar sabor a nuestras comidas, podemos disfrutar de una mayor sostenibilidad de los mares.

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