Publicado el 05/10/2020

Maitane Alonso es la estudiante de segundo de Medicina de la Universidad del País Vasco que, con tan solo 19 años, ha recibido el primer premio en Sostenibilidad y el segundo en Microbiología por su innovadora máquina para conservar alimentos que presentó en el certamen más importante del mundo de ciencia y tecnología organizado por el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

La inquietud y curiosidad de esta joven bilbaína le llevó a desarrollar una tecnología para conservar la comida de forma sostenible hace tres años, cuando aún no había cumplido los 16. Según cuenta la protagonista, la idea nació de su propia preocupación por la cantidad de comida que sobraba en las barbacoas familiares. Aquello le llevó a hacerse muchas preguntas y fue el origen de la investigación que empezó a llevar a cabo y que le sirvió para darse cuenta de la problemática que vivimos: un 30% de la producción de alimentos mundial acaba desperdiciándose por la mala conservación. Y el desperdicio de alimentos acarrea desperdicio de recursos naturales como el agua. Solo en un año, se malgasta un equivalente a cien millones de piscinas olímpicas únicamente con los alimentos desechados.

A partir de aquí, Maitane empieza a indagar sobre cómo frenar el desperdicio de alimentos. Pero no fue hasta que un buen día, su hermano se olvidó las zapatillas de deporte junto a un generador de cargas eléctricas que había comprado su familia. De repente se dio cuenta de que el olor de las zapatillas había desaparecido y ató cabos. “Me plantee qué pasaría si eliminaba los olores que había presentes en los alimentos: ahí empecé a diseñar la máquina con este método, que he llamado envasado con aire tratado”, comenta la estudiante.

A través de descargas eléctricas, la máquina separa moléculas del aire que después se impulsan por encima de los alimentos, de manera que estas moléculas divididas o separadas eliminen los microorganismos que causan el olor y estropean la comida. De este modo consigue alargar la vida útil de los alimentos.

Maitane fabricó su primer prototipo contra el desperdicio de alimentos con cosas que tenía por casa para después ir afinando con pruebas más científicas. El primer modelo estaba pensado para reducir el desperdicio en hogares, y con él, la estudiante se presentí en la Zientzia Azoka de Elhuyar en Euskadi, donde recibió el primer premio. Este reconocimiento la lanzó al certamen más importante a nivel estatal, la Exporecerca Jove, donde también obtuvo el primer premio, y llevándola a la convención de ciencia de Chile.

Lejos de acomodarse, Maitane quiso ir más allá y expandir su idea. Fue entonces cuando puso el foco en los comercios de alimentación como fruterías o supermercados y se dio cuenta que muchos de ellos desechan alimentos a diario. “La industria necesitaba una alternativa a los métodos actuales”, afirma la estudiante. Por ello quiso crear una máquina industrial basada en el mismo concepto. En este caso contó con el apoyo de empresas como Kilse, J-Pack, Eurozone y el Ayuntamiento de Güeñes para que Maitane profesionalizara su máquina casera para conservar alimentos.

La máquina industrial volvió a participar en Exporecerca Jove y se llevó el primer premio y el galardón de la Societat Catalana de Biologia y el reconocimiento de Intel, que le dio la oportunidad de participar en la final del certamen mundial de Ciencia y Tecnología que se celebró en mayo de 2020 en Phoenix (EE.UU.). En Arizona, entre más de 2.000 participantes de 80 países, obtuvo la mayor distinción en Sostenibilidad y la segunda en Microbiología. Explicó su idea a la NASA y, como parte del premio, el MIT bautizará a un asteroide con su nombre.

Actualmente, Maitane Alonso continúa investigando sobre un proyecto que le gustaría poder comercializar en el futuro. En ese sentido, reivindica la concienciación social hacia la sostenibilidad ya que, todavía, “mucha gente no es consciente de que no tenemos un planeta B”. “El futuro cada vez pinta peor, es nuestro deber luchar por ello y hacer que la gente se mueva, sobre todo instituciones y gobiernos”, indica. “El futuro de todos está en la sostenibilidad y la investigación”.

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