Más de 300 profesionales se reúnen en el VII Punto de Encuentro AECOC contra el desperdicio alimentario

Más de 300 profesionales de empresas, administraciones y ONG se reunieron el pasado 26 de septiembre en el VII Punto de Encuentro AECOC contra el desperdicio alimentario. El evento ha puesto el foco sobre destacados casos de éxito en la gestión del desperdicio en toda la cadena de valor y ha sido el escenario de la presentación del estudio ‘Gestión del desperdicio alimentario en la gran distribución’, con el que Nielsen y Checkpoint, en colaboración con AECOC, analizan el impacto de la pérdida de alimentos frescos en las grandes cadenas de distribución.

Según los datos del informe, el 3,5% de los alimentos frescos en la distribución no llegan a comercializarse por diferentes razones y, de éstos, el 2,05 acaban desperdiciados.

Por secciones, la de frutas y verduras es la que genera mayor cantidad de productos descartados (el 50% de los participantes en el estudio así lo indica) por delante del pescado (42%) y de la carne (8%).

Consultadas sobre las fases en las que se genera el desperdicio, el 75% de las cadenas participantes en el estudio de Nielsen y Checkpoint apunta a la manipulación de los productos por parte de los consumidores, mientras que un 42% considera que también se genera pérdida en la manipulación en la venta asistida y un 33% que señala deficiencias en el transporte desde la plataforma logística hasta los puntos de venta.

Nuria de Pedraza Barbero, Directora de Comunicación y Relaciones Institucionales en AECOC, ha señalado que “Estamos en un momento importante donde cada vez hay más concienciación respecto al desperdicio. Debemos aprovechar el momento, ser más sostenibles y contribuir así a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En concreto, el desperdicio alimentario se engloba bajo el Objetivo 12 de Producción y consumo responsables, y es tarea de todos lograrlo”.

El programa contó con una importante presencia de proyectos internacionales, como el presentado por Cristina Reni, directora ejecutiva del proyecto social Food for Soul, impulsado por el chef estrella Massimo Bottura para reducir el desperdicio alimentario utilizando la comida como una herramienta de inclusión social. Las fundadoras de Upprinting Food, por su parte, explicaron cómo esta startup holandesa ha hecho de la tecnología de impresión 3D un elemento capaz de recuperar los residuos alimenticios de diferentes industrias. Finalmente, el gran operador del retail en Portugal, Sonae, expuso su estrategia para reducir la pérdida de alimentos gracias a la participación de su director de sostenibilidad, Pedro Lago.

Entre los proyectos nacionales que se dieron a conocer en el ‘VII Punto de Encuentro AECOC contra el desperdicio alimentario’ se encuentran el programa ‘Pesa i Pensa’, con el que Campos Estela ha logrado reducir un 70% la pérdida de alimentos en los comedores escolares participantes, la estrategia de Damm para aumentar la vida de los productos y minimizar la generación de residuos con programas para reconvertirlos en materiales o recursos, o Too Good to Go, la app móvil que conecta restaurantes, supermercados, hoteles y panaderías con usuarios para dar salida a sus excedentes diarios de comida a un precio reducido.

Por parte de la distribución, la responsable del departamento de marketing de Grupo Nufri, Mercè Gomà, presentó los resultados de la campaña ‘Nadie es perfecto’, que la empresa impulsa junto a Plusfresc. A través de esta iniciativa, la compañía de frutas y la distribuidora buscan la revalorización de aquellos productos menos atractivos, pero igualmente aptos para el consumo y con todas sus propiedades. Gracias a este programa, la marca reubica en el canal comercial y a un precio reducido estos alimentos.

La industria también juega un papel primordial en la reducción del desperdicio alimentario. El VII Punto de Encuentro contó con la presentación de la gestora de seguridad, calidad y medio ambiento de Damm, Yolanda Díaz, que explicó los pasos seguidos por la cervecera para convertir cada año más de 190.000 toneladas de bagazo -el residuo que se genera tras la producción de la cerveza- en alimentos para animales de granja, principalmente vacas, lo que garantiza su vuelta a la tierra como adobo.

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